Cuarentena en tiempos difíciles.

13.04.2020

He esperado para escribir este artículo porque creo que necesitaba asimilar que esto era de verdad, que no era una cámara oculta. Es cierto que es una prueba de supervivencia para todos, pero para nosotras no solo es difícil, sino que también resulta injusto. Puede que no entiendas porque te pasa todo a ti (aunque ni siquiera sea así), pero es algo que estamos pensando todos.

No sé como debo sentirme.

Al principio de todo esto no sabía lo que pensaba ni que emociones me provocaba estar encerrada las 24 horas del día. Poco después de que esto empezara tuve mi primera charla con mi psicóloga por videollamada, algo extraño y diferente para mí, pero que me hizo mantener la calma porque al menos eso seguía igual. Recuerdo que en aquella llamada le pregunte como debía sentirme sin saber muy bien que respuesta esperaba. Mi madre estaba muy pesada con que no podía permitirme malos momentos, pero fingir los buenos me hacía aún peor. Fue entonces cuando mi psicóloga me dijo que era normal sentirme desconcertada, desubicada e incluso desanimada. Me aconsejó que me permitiese sentir cierta tristeza, pero es verdad que no supe medir. De hecho sigo sin saber cuando dejo de estar agobiada por el confinamiento y paso a estarlo por mi amiga Ana, pero es entonces cuando entran mis ayudas. Mi madre se ha vuelto una persona muy insistente en saber acerca de mi estado de ánimo, supongo que después de habérselo tomado con menos interés en el pasado y haber pasado esto se siente un poco culpable, pero en estos momentos me viene bien en cierto modo. Ella insiste en que le explique que me pasa, pero mi psicóloga me ha explicado que todos tenemos derecho a cierta privacidad o a un tiempo para asimilarlo, entonces le pido tiempo. Ella me lo da, pero a los 15 minutos esta ahí otra vez, para que no me atasque. Es en esos momentos cuando tienes que pensar en resurgir. Cuando tienes que buscar cosas que hacer y motivos por los que reír.

Ya no sé que hacer.

Mi psicóloga me recomendó que hiciese cosas creativas, y sé que no a todo el mundo se le da bien (o le divierte) dibujar y pintar. Es por eso que voy a sugeriros distintas actividades que yo misma he probado o que tengo ganas de intentar. Hay cosas que son tan simples que puede que no se te hayan ocurrido, pero te recomiendo que las pruebes todas para asegurarte de que eso NO es lo que te gusta o entretiene.

Puedes probar a hacer tardes de karaoke con tus canciones favoritas o con clásicos disney, puedes inventarte bailes o simplemente dejarte llevar con la música. También puedes intentar cocinar platos diferentes, y si no te sientes preparada para comerte tu obra de arte no pasa nada, deja que tu familia disfrute y date un tiempo, ten esperanza.

Puedes experimentar con la escritura, abrirte un blog o únicamente escribir en un diario acerca de tus emociones o experiencias. Piensa que todo eso puede ayudar a gente como tú o incluso servirte para tener historietas que contar a tus futuros nietos. También puedes hacer puzzles y proponerte retos, siempre y cuando sepas perder y no te frustres (que a mí me pasa mucho), o puedes jugar a juegos con tu familia, desde el alto en lápiz hasta adivinar las películas.

Como extra, puede ser que haya muchas actividades cotidianas que ni siquiera hayas pensado en hacer, pero puedes ordenarte el armario, limpiarte la habitación, hacer limpieza en el ordenador o incluso ordenar la cocina con tus padres.

Puede que haya días en los que no te apetezca hacer nada y es muy normal. Permítete sentirte 0 productiva, también está bien ponerse una mascarilla y llenarse la bañera o incluso sentarte delante de la tele y pasarte horas mirando Twitter o Instagram.

Pero sobretodo respira, medita e intenta aprovechar el mínimo rayo de luz. Sonríe, grita, abraza y enfádate si hace falta, pero también acuérdate de perdonar y querer(te). Mucho ánimo y fuerza, y sea lo que sea puedes contactar conmigo, siempre estaré dispuesta a ayudarte y animarte :))