No los juzguéis, lo hacen sin querer.

03.04.2020

Es muy común sentirse fuera de lugar, como si nadie en tu alrededor entendiese lo que te pasa. Probablemente, en un caso de Anorexia o cualquier otro TCA sea más notable. No porque ellos estén peor con nosotras, sino porque no tienen ni idea de que deben hacer.

Es algo nuevo para todos.


Recuerdo cuando todo esto empezó. Mi madre no le daba importancia, pero no porque no me quisiese o no se preocupase, sino porque no pensaba jamás que a su hija le podría pasar algo así. Mi hermana si que se dio algo de cuenta, sabía que algo me pasaba cuando dejé de merendar con ella o cuando abrían una bolsa de patatas y yo huía para que no pudiesen ofrecerme, para no tener que inventarme una excusa para no comer. Además siempre recordaré cuando mi profesora particular de inglés me insistía en mi delgadez, y yo simplemente decía que sí y me reía tímidamente. Tiempo después, cuando ya llevaba unos meses en terapia, mi hermana me confesó que mi profesora (que también es su profe) se había percatado de que algo me pasaba. Mi hermana me dijo aquella profe habló con mi madre, y le dijo que no me veía feliz, que no era la de antes. Fue entonces cuando mi madre entró en razón y se dio cuenta que era de algo de lo que no nos podíamos esconder.


Queda asumirlo, que es lo más difícil.


Nunca me cansaré de decir que creo que he sido la última en asumir que esto que me pasa tiene nombre, motivos y cura, pero debemos entender que los demás también necesitan tiempo para asumirlo. Sinceramente creo que hay gente en mi familia que ni se ha esforzado por entenderlo, y que simplemente se han quedado con que no quiero comer. Pero hay un mundo detrás de eso. No es que no quiera comer, solo que todas mis frustraciones, mis traumas o mis problemas los expreso de una forma más común de lo que nos pensamos: con la COMIDA. Porque al fin y al cabo, todos reflejamos nuestro estado de ánimo en la comida. Por ejemplo, siempre que mi madre llega a casa después de un día muy estresante se abre mil paquetes de queso y come hasta sentirse llena; o por el contrario, si ha tenido un día muy pesado o está muy triste, a penas come una cuarta parte de lo que hay en el plato. 

Al fin y al cabo lo nuestro es igual, sólo que de forma excesiva. Y como bien me han dicho siempre, todos los extremos son malos.

Volviendo al tema principal, es verdad que es algo que cuesta asimilar, pero no os enfadéis con ellos, hacen lo que pueden.

 ¿Cómo hago para que no me moleste?


No os voy a mentir. Llevo mucho tiempo pensando la respuesta de esta pregunta. Creo que no la tiene, no podemos hacer que algo no nos afecte. Pero sí podemos evitar que nos consuma y que Ana gane la batalla. Al fin y al cabo, todos los pensamientos negativos que surgen hacia nuestros seres que siempre han sido queridos no los pensamos nosotras. 

Sobretodo no tenemos que sentirnos culpables, eso es un círculo vicioso del que cuesta mucho salir, pero si podemos pensar (o intentarlo) que no lo hacen para molestarnos, ofendernos o hundirnos. Simplemente no saben como actuar. Pero tú les puedes ayudar. Si lo que necesitas es amor, pídelo. Si prefieres tener tu espacio y tu tiempo también tienes derecho, siempre y cuando lo hagas desde el cariño y el respeto. 

Si me permites que te aconseje algo es que no te enfríes. No hagas como si no fuesen tu familia, como si no les quisieses. Porque sabemos que no es así, Ana lo sabe, por eso está queriendo separarte, para que te sientas sola y caigas más fácilmente en sus manos. Pero eres fuerte, eres valiente. Tú vas a poder con esto igual que has aguantado hasta ahora.








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