Quiero gustar(me).

10.04.2020

Mi psicóloga insiste mucho en una cosa en la que, a mi y seguramente a ti que estás pasando por esto, no hemos pensado o no hemos querido dar importancia. Siempre me repite que la imagen que transmites de será de una manera u otra según como te sientas contigo misma.

¿Sabes quién eres?


No debemos preocuparnos por no tener una respuesta a esta pregunta, ya que si algo he aprendido en este tiempo es que no debemos machacarnos por aquello que no tenemos o no sabemos en este momento, sino debemos luchar y esforzarnos por conseguirlo.

En mi caso pasé de una obesidad severa ( 65-70 kg) a una delgadez extrema, por lo que no tengo una imagen de mí. Como todo en esta enfermedad, en la que tenemos una compañera de pensamientos, la mayoría de la información que llega a nuestro cerebro se distorsiona, como si pasase por la puerta de CÁMBIAME y apareciese como uno nuevo. 

Puede que no te hayas dado cuenta de la distorsión que tienes sobre ti misma, de hecho es algo normal. Yo no la tenía hasta que un día mi psicóloga me preparó una de esas actividades que en un principio te parecen insignificantes pero que te hacen salir de esa habitación con la mente en shock. Recuerdo que un día estábamos hablando sobre la imagen que tenía sobre mí misma y no tenía ni idea de como empezar. No sabía que decir o cómo me veía. Simplemente sabía que estaba delgada por lo que decía la gente de mi alrededor. Fue entonces cuando me sacó uno de sus folios de color y me dijo: dibújate.  No sabía por donde empezar.

Unos diez minutos después tenía el dibujo acabado. Tampoco me había esforzado mucho en la técnica pero es verdad que me representé tal y como me sentía. Poco después de que mi psicóloga viese aquel dibujo decidió dibujarme ella. Eran dos dibujos tan diferentes. En uno tenía las piernas gruesas con el cuerpo cuadrado tirando a redondo, en el otro era un palo con las costillas marcadas y las piernas como las patas de un pollito. Creo que es fácil saber cual era el mio.

Debes saber como estás.


Desde aquel momento me di cuenta de lo surrealista que estaba siendo conmigo misma.Es cierto que hoy en día sigo dudando de quien soy, de como es mi cuerpo o como quiero que sea, pero sé que es ella, Ana, la que me impide ver con claridad. Lo mejor y lo más esperanzador es que es una inquilina temporal. De hecho no se ha traído la ropa de invierno porque sabe que la voy a echar antes.


Desde entonces, y con algún recordatorio de mi psicóloga, dejo de pensar en cómo estoy o como quiero estar. Simplemente sé que así no es como qquieo estar porque no estoy sana, y que en el momento en el que esté preparada para hacer cualquier cosa sin dificultades podré elegir como quiero verme.

Algo que mi psicóloga me dice siempre que yo me abro y le cuento mis preocupaciones es que una vez esté bien, voy a poder elegir. Si en algún momento dado yo  me veo más gorda de lo que quiero estar podré adelgazar, o lo contrario, pero debo seer yo la que decida y no Ana. Al fin y al cabo ella no me quiere tanto como me quiero yo, y no hay nadie mejor para decirte que puedes hacer que aquel que te quiere.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar